"Ninfa en el bosque", de Henry Lebasque
"El espejo" de Sylvia Plath
Soy de plata y exacto.
No tengo prejuicios.
Todo lo que veo lo trago de inmediato
tal y como es,
sin la turbiedad del amor o de la antipatía.
No soy cruel, solo veraz-
el ojo de un diosecillo con cuatro esquinas-.
La mayor parte del tiempo medito
sobre la pared de enfrente.
Es rosada. Con manchas. La he mirado tanto
que creo que forma parte de mi corazón. Pero se mueve.
Caras y oscuridad nos separan una y otra vez.
Ahora soy un lago. Una mujer se asoma sobre mí,
buscando en mi extensión lo que ella es en realidad.
Luego se vuelve hacia esas embusteras, las velas o la luna.
Veo su espalda y la reflejo con fidelidad.
Me recompensa con lágrimas y gesticula con las manos.
Soy importante para ella. Viene y va.
Cada mañana es su cara lo que sucede a la oscuridad.
En mí ha ahogado una muchacha, y desde mí
una mujer mayor
se eleva hacia ella día tras día, como un pez terrible.
Este poema de la poetisa Sylvia Plath relata desde la visión objetiva de un lago el reflejo del paso del tiempo y de los cambios que este conlleva. Es algo que inquieta y preocupa a todos, y es un tema muy frecuente en la literatura, la pintura, el cine y muchas otras artes. El tiempo aporta experiencia, pero también nos maltrata y nos daña. El mismo tiempo que hace que la corriente dañe las orillas de los ríos, y las erosione y las suavice, hace que salgan arrugas en nuestra piel, que el pelo comience a volverse más claro o directamente desaparezca. Nadie se libra del paso del tiempo, ni siquiera las criaturas fantásticas, como la ninfa que aparece en el cuadro de Henry Lebasque, que mira con curiosidad el reflejo de su juventud. Pronto ese reflejo se volverá difuso, turbio, diferente, y ya no lo mirará con la misma curiosidad de la juventud, sino con la preocupación de la vejez. Pronto su piel comenzará a plegarse, y su figura se empezará a desdibujar. Pronto solo quedará la esencia de ese primer reflejo. Y mientras las cortezas de los árboles se fortalezcan y se quiebren con el paso del tiempo, mientras sus hojas cambien a tonos marrones y caigan después, habrá siempre personas a las que el tiempo también afecte, fortaleciendo y arrugando su piel, y haciendo que el pelo cambie de color y caiga. Y mientras esos árboles crezcan y se eleven día a día, de esa ninfa se elevará, como un pez terrible, una mujer mayor.
Debes contarme por qué has elegido ese poema y esa imagen
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